Momento.

"But she did look back, and I love her for that, because it was so human.

So she was turned into a pillar of salt. So it goes. People aren’t

supposed to look back. I’m certainly not going to do it anymore."

-Kurt Vonnegut, Slaughterhouse-Five

Y miraba hacia atrás. Siempre miraba hacia atrás... siempre la costumbre de mirar otra vez, una vez más. Una mirada más, un segundo más, un minuto más, y algo más de nuestra esencia bailaba minuciosamente en ese instante que se prolongaba, un foco de una cámara lenta, esa esencia infinita.. una mirada más y nuestro momento se compactaba en miles interminables. Como ese que siempre por culpa del aburrimiento tiende a tomar un extremo del chicle que se esconde en su boca, y de a poco lo estira, lo obliga a salir, solo a una parte de él (recordemos) porque en la retina de su ojo el chicle le parece interminable. Y los momentos no se nos perdían entre los dedos, como quien pierde el tiempo desabotonándose el abrigo por la distracción de abotonárselo al revés. Nos gustaba tanto ir al revés de los demás, qué importaba un abrigo mal abotonado, los cordones desatados, las manchitas de colores en la ropa o en la naríz como pruebas de que comimos o pintamos, jugamos. Y jugábamos, siempre jugamos... porque lo único tenía que ser eso añiñado, eso crédulo que hace que tu alma baile. Inventamos ese lenguaje de a dos, que el resto no puede entender ni aunque inventáramos el diccionario más simple y completo. Es eso mágico, con aire a cereales y sweters con esencias y perfumes de no olvidar... discos compilados como regalos de tres, seis, o miles... notitas matutinas, papeles inesperados, la exquisitez de la fricción de tu piel en la mía.

¿Quién lo iba a entender? yo siempre te quise, de una u otra manera, pero todo se resumía a lo mismo, a quererte y dejar que el sentimiento sea como el chicle de quién juega y lo estira pensándolo infinito, como tu mirada de un momento más, como...

amorA.