
Se pregunta sobre la realidad, qué es realidad y qué no lo es, ya suena como Alan Watts, ya suena como cualquier individuo, menos quién realmente es. Recuerda cuando le hablaron sobre personas que suelen olvidar quienes son, pero aún no comprende que sensación nace a partir de ello, sólo sabe que le despierta curiosidad pero no le agrada. Se pregunta, entonces, si se olvido de quién es, si es posible olvidarse, y no de devolver un libro, entregar un pedido, o poner la mesa. Si es posible olvidarse de esos océanos de momentos existenciales, esos que basta estirar la mano, abrir la cabeza, y sacarlos en un objeto esférico, girarlos y jugar con ellos, un rato..
"Blessed are the forgetful", piensa en Nietzsche.
Ahora siente que la realidad se distorsiona, que lo único real son los sueños, se convence de que esta realidad no es suya. Se sumerge en un eterno éxtasis de irrealidades, se pregunta sobre hasta qué punto lo humano es humano, y concluye que lo único humano es, y siempre será, el amor. Piensa, quizás, que lo único real que permanece es aquél. Entonces sonríe. Porque mientras haya amor siempre va a tener ese cable a tierra.
1 comment:
sólo son suspiros de una realidad difusa…
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