Tuesday, July 24, 2012

L'homme de bonbon

El hombre de caramelo casi siempre ríe, y casi nunca, nunca se descalza. Le gusta soltar risas en cada caramelo, y tener solo un pie en la tierra. "Así se puede bailar al ritmo del aire" , dice. Va con su valija de cuero añejada, y su sombrero de paleta a todos lados. Es costumbre verlo sirviéndose un licuado de colores en el bar de la vuelta, o conversando con su propio reflejo en el vidrio del mismo. No hay quién no conozca al hombre de caramelo.
El hombre de caramelo me mira y yo le sonrío, le doy un volante, un ticket de ida para viajar a la mirada, para reírse con los ojos. Se saca el sombrero, mostrando su cabello de tira de gomitas, me pregunta si todo está en orden, yo le sonrío y le respondo que nosé lo que es el orden, mis días sólo tienen mariposas y plazas rotas. Mostrando cierta tranquilidad, él sigue camino. Cinco minutos después, un año después, un respiro después, un pestañeo después, vuelve. Abre mi mano, deja en ella tres caramelos, me sonríe y sigue camino..

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